“Mi vida no tiene sentido. Siento que voy a la deriva, sin rumbo. No sé qué quiero, nada me motiva lo suficiente y no encuentro mi camino en la vida“. todos nos hemos sentido así en algún momento todas aquellas situaciones que nos generan dolor y desesperanza podrían precipitar una crisis existencial. Si bien es cierto que para algunas personas son crisis temporales, para otras no encontrarle sentido a la vida se vuelve muy cotidiano. quizá la vida no tenga un sentido fijo. Aceptar el absurdo de la vida, su sinsentido, es difícil, pero el reto es encontrar la belleza que crece en la carretera de nuestra existencia.
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